ID
Lugar: Teatro Nextel
Donde: Jesús del Monte 41 Col. Jesús Del Monte, Distrito Federal.
Fecha: 10 de junio, 2012 a las 13 y 18 hrs.
9 de junio, 2012 a las 16 y 21 hrs.
8 de junio, 2012 a las 21 hrs.
7 de junio, 2012 a las 21 hrs.
Del 24 de mayo de 2012 al 8 de julio de 2012
8 de junio, 2012 a las 21 hrs.
7 de junio, 2012 a las 21 hrs.
Del 24 de mayo de 2012 al 8 de julio de 2012
Precios:
Piso 1 $1100
Preferente $900
General $700
Piso 1 $1100
Preferente $900
General $700
Crítica
El Cirque Éloize es una compañía circense de Quebec, llega a México
bajo la dirección de Jeannot Painchaud. Esta vez traen iD, un
espectáculo basado en las calles y el mundo urbano, un mundo donde
abundan las pandillas, el breakdance, el patinaje, el graffiti, la
electrónica y el hip-hop. Con doce disciplinas artísticas se exploran
estos aspectos de la vida en las calles, logrando un espectáculo
moderno, divertido, y sumamente riesgoso.
Todo el concepto de este performance va enfocado a la vida callejera, mostrando diversas problemáticas que se viven en la ciudad. La trama es muy corta: se limita a las peleas entre dos pandillas, y al ligue entre varios miembros de las mismas, principalmente. Sin embargo, cuando se trata de circo, la trama siempre es algo que pasa a segundo plano.
Los catorce artistas que aparecen en escena logran hacer una gran conexión con el público, no sólo por la maestría en su disciplina, sino que también por su gran carisma. Resalta el trabajo de Ryan Shiji Murray, a quien vemos hacer una gran acrobacias, que van desde escalar una torre de sillas, hasta hacer saltos impresionantes.
Nadia Lumley logra cautivar a los espectadores con su breakdance, unido a su actitud divertida. Más que hacer un trabajo, ella sale a divertirse al escenario, y se nota. Al elenco se integra el patinador Xuan Le, que no logra pasar desapercibido ni por su look, ni por su talento. Sin embargo, la que se lleva el espectáculo es Emi Vauthey, una impresionante contorsionista que provocó toda clase de exclamaciones de dolor e incredulidad entre el público.
Los demás miembros del elenco también lograron hacer muy buena química, sin embargo, una pareja demostró mucha inseguridad, falta d química, y errores en sus coreografías (por suerte sólo aparecen una vez en todo el show). Equivocarse no es pecado, sobre todo en disciplinas tan difíciles, claro. Lo malo es cuando el público nota el error. Pequeños detalles como este, hicieron que la obra no fuera merecedora de las cinco estrellas de calificación. A pesar de eso, insistimos en que es una producción espectacular, que vale mucho la pena ver.
Es una obra que mantendrá la atención de todos los espectadores, sorprendiéndolos con números circenses que parecen irreales, y sacándoles sonrisas y carcajadas con la excelente actitud de los cirqueros. La producción es sencilla en cuanto a infraestructura, pero muy completa en cuanto a muestra de talento. Difícilmente alguien se aburrirá aquí.
Todo el concepto de este performance va enfocado a la vida callejera, mostrando diversas problemáticas que se viven en la ciudad. La trama es muy corta: se limita a las peleas entre dos pandillas, y al ligue entre varios miembros de las mismas, principalmente. Sin embargo, cuando se trata de circo, la trama siempre es algo que pasa a segundo plano.
Los catorce artistas que aparecen en escena logran hacer una gran conexión con el público, no sólo por la maestría en su disciplina, sino que también por su gran carisma. Resalta el trabajo de Ryan Shiji Murray, a quien vemos hacer una gran acrobacias, que van desde escalar una torre de sillas, hasta hacer saltos impresionantes.
Nadia Lumley logra cautivar a los espectadores con su breakdance, unido a su actitud divertida. Más que hacer un trabajo, ella sale a divertirse al escenario, y se nota. Al elenco se integra el patinador Xuan Le, que no logra pasar desapercibido ni por su look, ni por su talento. Sin embargo, la que se lleva el espectáculo es Emi Vauthey, una impresionante contorsionista que provocó toda clase de exclamaciones de dolor e incredulidad entre el público.
Los demás miembros del elenco también lograron hacer muy buena química, sin embargo, una pareja demostró mucha inseguridad, falta d química, y errores en sus coreografías (por suerte sólo aparecen una vez en todo el show). Equivocarse no es pecado, sobre todo en disciplinas tan difíciles, claro. Lo malo es cuando el público nota el error. Pequeños detalles como este, hicieron que la obra no fuera merecedora de las cinco estrellas de calificación. A pesar de eso, insistimos en que es una producción espectacular, que vale mucho la pena ver.
Es una obra que mantendrá la atención de todos los espectadores, sorprendiéndolos con números circenses que parecen irreales, y sacándoles sonrisas y carcajadas con la excelente actitud de los cirqueros. La producción es sencilla en cuanto a infraestructura, pero muy completa en cuanto a muestra de talento. Difícilmente alguien se aburrirá aquí.
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