Dos pantallas gigantes, lásers, pirotecnia, juegos de luces, más de 8 cambios de ropa, 6 bailarinas y muchos detalles más enriquecieron una noche que pese a no ser impecable, debido a un problema con el audio que fue notificado por una sección del público al cual la Guzmán exigió atención inmediata, si fue de la altura que los seguidores de Alejandra acostumbran.
El concierto dio inicio a las nueve de la noche, minutos después de la actuación del grupo regio Nina Pilots, a esa hora de la noche el auditorio se veía aún con huecos notables pero estos quedarían en el olvido para cuando la noche le perteneciera a la intérprete de “Mentiras Piadosas”.
Durante la noche Alejandra agradeció la presencia de sus padres, amigos, familia, del doctor que le ayudará con el problema que sufriera en meses anteriores, además de la presencia de las mil indígenas que con sus coloridos atuendos asistieron a este show en el que se vendieron las pulseras “Yo doné una mastografía junto con la Guzmán”.
“Acabamos de pedir permiso a los dioses para poder hacer magia hoy, para amarnos, para cantar, bailar y existir está noche” dijo Alejandra luego de realizar un ritual con copal con el cual parece invocó a sus seguidores puesto que fue en ese momento cuando sin mucho ruido ya había 12 mil almas reunidas en el domo de cobre.
A lo largo de la noche Alejandra dejó en claro que lo que sufrió en su trasero ya era cosa del pasado, no dejó de mostrarlo a los asistentes siendo incluso picante al decir “mis problemas quedaron atrás (señalando sus glúteos), ahora tengo las nalgas más famosas que las de J.Lo”, dijo en forma de broma.
Dos horas de show se alimentaron de 21 canciones siendo sin duda “Mentiras Piadosas”, “Hacer el amor con otro”, “Volverte a amar” y “La Plaga” las que hicieran temblar al recinto de cobre.
Sin duda uno de los momentos sorpresa y muy agradecidos fue cuando la Guzmán se enfundo en un uniforme militar muy sexy al igual que sus bailarinas haciendo un número de banda de guerra que siguió con el tema “We will rock you” con el cual los aplausos hicieron rebotar a los asistentes de sus asientos.
Esta vez no hubo popurrís, para algunos faltaron temas emblema de la carrera de la Guzmán pero es un hecho que la producción de cada tema interpretado fue de una calidad impecable, desde arreglos, coreografía y espectáculo.
“Ha sido una noche inolvidable y esto me hace vivir y soportar las desveladas y malcomidas. Los quiero un chingo, los necesito y les voy a dar todo”, concluyó Alejandra para salir del escenario.
Luego del típico “otra, otra…” volvió para interpretar “La Plaga” donde a mitad de la canción grito “no mames espérate” y se subió a los hombros de un elemento de seguridad para acercarse y entonar este himno Guzmán al lado de su padre Enrique Guzmán.
Alejandra se despidió dejando en claro con esta noche que su carrera a 20 años de haber iniciado está más viva que nunca, que ella como persona está en un estado de paz inigualable a lo que se conoce de estos 20 años, así mismo mostró su comunión con la tranquilidad y la paz interior y con lo que la rodea que hoy se traduce en éxito un éxito que ha testificado la Ciudad de México encargada de dar a está “Reina del Rock” un Palacio, el Palacio de los deportes que se rindió ante su talento.
