Home

Powered By Blogger

jueves, 25 de abril de 2013

Iron Man 3

Pocos caminos le quedan a un héroe por seguir, cuando este ha salvado al mundo más de una vez. De ahí que un personaje como "Iron Man" necesite constantemente afinarse, en una suerte de “el modelo del año pasado ya está descontinuado”.
Es indudable que el actor Robert Downey, Jr., como "Tony Stark" (Iron Man), ha conseguido mimetizarse con su adaptación de cómic, logrando desplegar lo mismo glamour, que un temperamento intenso y hasta explosivo.
Pero en "Iron Man 3", con cambio de director y guionista –ya no es Jon Favreau de la parte I y II, sino ahora Shane Black (guionista de la serie ‘Arma Mortal’)-, los cambios a la ingeniería de la historia se notan y no forzosamente esto nos lleva a buenas noticias.
Tony se encuentra en una suerte de crisis de edad, refugiándose en ensamblar la nueva armadura prototipo Mark 42, mientras su novia “Pepper Potts” (Gwyneth Paltrow) le recrimina que “lleva el trabajo a casa” cuando se pasea en su traje metálico en la sala.
Stark también viene de haber salvado Nueva York como parte de “Los Vengadores”, por lo que tiene constantes pesadillas del mundo extraterrestre al que se asomó en esa película.
A escena entra un nuevo villano, “El Mandarín” (Ben Kingsley), con una parafernalia oriental e implacable presencia, desplegando su estilo terrorista y con la mira puesta en “Stark”.
Al mismo tiempo un científico de dudosa moral, “Aldrich Killian” (Guy Pearce) –a quien “Stark” en su pasado le negó la posibilidad de hacer negocios juntos- regresa con la intención de coquetear con “Pepper” y de paso venderle la idea de que Stark Industries invierta en una tecnología que al inyectarse en humanos, los muta dándoles súper fuerza y habilidades para estallar las cosas.
Como director, a Black no le da temor desplegar escenas donde la violencia suceda –alienando a niños y apostando más por los adolescentes-, con muertes que suceden en pantalla con pistola (fuera de cuadro para no ver ni una gota de sangre), con sonidos contundentes a sangre fría.
Pero entre más “Iron Man 3” se quiere parecer a la serie de “Batman: el caballero de la noche” en su frialdad de ejecución, más se aleja del sentido dramático que la serie capitaneada por Christian Bale tuvo, tornándose “Tony Stark” en un hombre rodeado de una violencia que existe por el simple hecho de existir. Nunca la oscuridad en una historia encontrará resonancia en un espectador si no se le presentan argumentos para abrazar a los personajes que la padecen, y en “Iron Man 3” los protagonistas se distraen de revelar sus metas personales (¡si es que las tienen claras!), con el afán de mostrarse como rudos o traicioneros o sanguinarios.
Poco entendemos del por qué despierta todos los días “El Mandarín” o el mismo “Killian”, incluso una especie de Femme Fatale científica, “Maya Hansen” (Rebecca Hall), a la que no sabríamos qué le motiva sus investigaciones, mucho menos las lealtades que toma.
Los únicos seres con propósito son “Stark” y “Pepper”, pero aún con ellos hay retroceso. Mientras “Stark” retorna a sus tendencias egocentristas, poniendo en peligro a quienes más ama, “Pepper” se encela de la tecnología que crea “Tony”, e incluso le acepta que se refiera a “Iron Man” como un hobbie, cuestionándole su obsesión a portar la máscara.
Luego viene el momento del “Tony Stark” desterrado, que es obligado por sus enemigos a dejar su centro de control y refugiarse en un poblado, en una suerte de pez fuera del agua, donde se genera el mejor humor del filme cuando el héroe debe jugar con herramientas básicas de mecánica.
Es ahí, que “Stark” hace mancuerna con el niño “Harley” (Ty Simpkins), quien lo ayudará, fascinado de trabajar con su héroe. Sin duda, es la relación que más se dedica el guión a montar en pantalla, logrando con éxito traer la dualidad de “Tony”, quien lo mismo es prepotente e impaciente, que científico ávido de compartir sus inventos con un nuevo pupilo.
En el departamento de acción, “Iron Man 3” contiene varias secuencias deslumbrantes: pero salvo una que sucede con una caída libre y “Iron Man” al rescate, ninguna escena posee el espíritu de maravilla y magia que “Iron Man” (2008).
Black se trajo consigo el humor corrosivo de “Kiss Kiss Bang Bang”, en la que también dirigió a Downey, Jr., comandando una trama que se le van acabando las ideas de cómo “Iron Man” puede salvar el día, mientras que la química con su colega “Rhodey” (Don Cheadle) en momentos se desvanece, cuando este ha decidido volverse Iron Patriot como soldado de Estados Unidos.
‘Iron Man 3’ cumple el dicho de hacer una secuela “más grande y más ruidosa”, pero no necesariamente más emotiva en sus personajes. Esto puede restarle carga energéticas en sus secuelas posteriores.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Comentalo

Entradas populares

 
Copyright 2009 chilangolandia. Powered by Blogger
Blogger Templates created by Deluxe Templates
Wordpress by Wpthemesfree